CENTRO DE ATENCION DE VICTIMAS DE VIOLENCIA DE GENERO (CVG)

TIEMPO DE RESPUESTA: Inmediata
ATENCION: Gratuita
USUARIOS: :
Mujeres víctimas de violencia domestica; hijos e hijas hasta 17 años víctimas de violencia intrafamiliar
Mujeres víctimas de violencia obstétrica
DESCRIPCION DE LOS SERVICIOS: asistencia social, atención psicológica, asesoría legal, seguimiento jurídico en materia penal, atención médica de emergencia, tramitación de medidas de protección de emergencia previstas en la Ley, como auxiliares de la autoridad ministerial y/o judicial, la elaboración de dictámenes psicológicos victímales, derivación a familias de acogida, según corresponda.
Las intervenciones con víctimas de violencia obstétrica tienen un protocolo de atención similar a las de víctimas de violencia de género.

PROTOCOLO DE ATENCION
El modelo de centro de atención integral CVG, tiene como ejes centrales la perspectiva de género y el trabajo multidisciplinario, abordando la problemática de la violencia en contra de las mujeres con la intervención de varias disciplinas (psicología, derecho, trabajo social, medicina, sociología, antropología, entre otros) no puede resolverse solo desde una de ellas si se quiere atender la complejidad del problema social.
La violencia contra las mujeres es un problema que tiene un origen cultural y se fundamenta en los procesos de socialización y educación de las personas, concebidos para mantener una estructura social sexista en la que la distribución del poder y funciones entre hombres y mujeres, está ligada al género al que pertenecen, es una de las consecuencias más dramáticas del sistema patriarcal.
Debido a ello, la necesidad de contar con un modelo que pueda abordar los diversos procesos, que van desde el reconocimiento institucional de actos de violencia contra las mujeres, hasta las distintas resoluciones de los mismos; reconociendo de forma personalizada y, con enfoque de género, el desarrollo, la posición y situación de vida de cada una de las mujeres que acuden en busca de atención.
Como protocolo interno, los profesionales que atienden mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y de género, deben mantener un marco teórico homogéneo y compartido por todos los integrantes del equipo de trabajo; este marco referencial implica el conocimiento de los alcances, aportes y limitaciones de cada área en particular; planteamiento y replanteamiento personal y teórico con respecto a mitos, estereotipos, valores, creencias, prejuicios, estrategias, etc. de cada uno en particular.
Los integrantes del equipo deben enfocar la tarea en forma interdisciplinaria, lo que se traduce en hablar el mismo lenguaje, conocer las competencias de los otros profesionales, definir el rol de cada uno y apoyarse en el logro de los objetivos comunes, por sobre los individuales.



ESTRATEGIAS DE ATENCION INTEGRAL
La atención a las víctimas está enfocada a través de cinco servicios especializados:
a) Atención psicológica
b) Asistencia jurídica
c) Asistencia social
d) Atención de salud
e) Asistencia telefónica

A. ATENCION PSICOLOGICA
Se organiza en torno a un proceso de acompañamiento, apoyo, análisis y comprensión clínica de los conflictos que ayude a las mujeres, desde el inicio, al esclarecimiento y desarticulación de los mecanismos de autoinculpación, aislamiento e impotencia, que las han llevado a la enajenación progresiva de gran parte de sus recursos y habilidades personales, así como a la perdida de sus derechos.
Es importante destacar que la fase inicial del tratamiento es de importancia crítica para las mujeres. Es la etapa de mayor vulnerabilidad de las víctimas, ya que su integridad física está más amenazada cuando toman la iniciativa de interrumpir la convivencia o realizar la denuncia de violencia intrafamiliar; su vulnerabilidad es extrema, sus responsabilidades son múltiples de gran importancia y complejidad.
Como protocolo de trabajo, el vínculo profesional debe ser muy cálido y cercano, para poder contener la emotividad y trasmitirles apoyo y confianza, pero con la firmeza suficiente como para confrontarlas progresivamente con la realidad y prepararlas para el duro camino que deben recorrer, antes de lograr su autonomía.
Existen 2 fases en el abordaje psicológico:
Primera fase: es un momento de intensa coordinación interprofesional de todo el equipo, las estrategias de intervención deben estar apoyadas, en criterios multidisciplinarios. La actuación psicológica está al servicio de estabilizar los aspectos psicoemocionales de las mujeres y apoyarlas en la reorganización de su vida cotidiana (organización de prioridades, resolución de conflictos, apoyo en la toma de decisiones, etc.)
Segunda fase: la actuación psicológica se va diversificando, a medida que la sintomatología debida al efecto de trauma va remitiendo, y emerge la personalidad de base de cada una de las mujeres. El apoyo psicológico se estructura, en este segundo tiempo, a partir de las necesidades específicas de cada mujer con un objetivo general que culminaría al alcanzar un proyecto de autonomía viable para cada caso, incorporando, en la medida de lo posible, la intervención y apoyo para superar las experiencias traumáticas vividas por los hijos e hijas que convivan con las propias mujeres.
| Como metodología, se indican intervenciones individuales en la primera etapa y grupales en la segunda |
Terapia individual, se desarrolla a partir de la derivación inicial de la trabajadora social, como puerta de entrada a la actuación especializada. Se organiza habitualmente una entrevista semanal, de una hora de duración, en horario acordado mutuamente. Superada la fase inicial del tratamiento, se establece un compromiso terapéutico flexible en función de las exigencias del proceso de recuperación y reestructuración de cada proyecto de autonomía.
Terapia grupal, en función de indicadores generales de adaptabilidad a la intervención y momentos de desarrollo de su proceso de recuperación. Se organiza con una frecuencia semanal, con una duración de dos horas por sesión, el número de participantes de cada grupo oscila entre 6 a 10 mujeres. El eje central que guía la intervención grupal es apoyar a las mujeres en el proceso de recuperación de su proyecto de autonomía.
El perfil de las mujeres es heterogéneo con ciertos indicadores comunes: todas han vivido situaciones de violencia domestica dentro de sus relaciones de pareja, aunque la intensidad y el tipo de violencia sufrida sea diverso. En base a estas características en común, se van definiendo de cierta medida los contenidos y objetivos terapéuticos que van emergiendo en los grupos:
La reparación y elaboración de las situaciones traumáticas
La constatación de los imperativos de género que han llevado, por muy distintos caminos y diversos tipos de mujeres a similares situaciones de impotencia y angustia paralizante
La búsqueda de alternativas operativas y viables a corto y mediano plazo, que les ayude a vencer las múltiples dificultades que la sociedad les impone a mujeres con hijos(as) a su cargo que tienen que hacer compatible su vida laboral, familiar, social y lograr una remuneración suficiente para hacer frente a las necesidades básicas de su grupo familiar.
• Intervención con los hijos(as), existe un alto porcentaje de mujeres víctimas de violencia con hijos menores a su cargo, quienes asumen todas las dificultades para superar sus propios procesos de recuperación y rehabilitación personal, social y laboral, simultáneamente a los procesos de reestructuración postraumática que sufren sus propios hijos e hijas. Estos hijos(as) han sido víctimas de violencia en forma directa o indirecta (como espectadores pasivos), lo cual, si no se trata, representa un factor de riesgo para los niños(as) y adolescentes.
Consecuencias que genera en sus madres, un alto grado de ansiedad, preocupación, impotencia y nuevamente autoinculpación, representando una dificultad adicional a las ya complejas relaciones que han de establecerse entre madre e hijos para el desarrollo de la convivencia familiar.
Durante las fases de violencia o miedo extremos, los hijos e hijas están atrapados en sus propios mecanismos de “supervivencia” y no pueden abordar la elaboración consciente de la realidad vivida. Sin apenas darse cuenta, han interiorizado, en sus propios procesos de socialización temprana, mecanismos de resolución de conflictos basados en el eje imposición-sometimiento y se enfrentan al reto de construir mecanismos alternativos, además de reparar el daño sufrido en las experiencias vividas. Con mucha frecuencia las madres que sufren violencia por parte de su pareja, son ellas mismas generadoras de violencia contra sus hijos, lo que deteriora el vínculo afectivo, crea sentimientos de rencor en el hijo y culpa en las madres.
Los hijos víctimas de violencia por parte de su padre (padrastro, abuelo, etc.) también generan gran resentimiento hacia la madre por no haberlos protegido del agresor y por haber permanecido en la relación.
El tipo de intervenciones con los hijos e hijas recorre un amplio abanico en función de una gran cantidad de variables: la edad, el grado de adaptación que manifiesten ante su vida escolar, social o familiar, el consentimiento para ser atendidos, en especial con los adolescentes, (la víctima identificada es la mujer y es frecuente que los hijos e hijas actúen con mecanismos de evitación o negación ante su propia victimización), el tipo de vinculación que mantengan con el padre y su capacidad para elaborar el conflicto entre progenitores, etc.
La teoría de sistemas familiares brinda un marco conceptual de suma utilidad para hacer intervenciones que promuevan la funcionalidad de la familia formada por la madre y sus hijos(as) y algunos adultos significativos que pueden apoyar (abuelos, tíos, etc.)



B. ASISTENCIA JURIDICA
Integrado por un equipo de abogados con experiencia en derecho de familia, quienes tienen la tarea de orientar, asesorar jurídicamente, brindar acompañamiento en diligencias y, según corresponda, representar a las mujeres que han visto trasgredidos sus derechos a través de conductas violentas, a efecto de garantizar la restitución de sus derechos y las reglas del debido proceso.
Así como, en el resto de las áreas de profesionales, el asesoramiento jurídico, debe ajustarse a la situación de vulnerabilidad y desprotección de las usurarias, se requiere por parte de los profesionales del área legal, una atención personalizada y empática ajustada al contexto en el que la mujer se encuentra, ofreciéndole una información clara y global de sus derechos y de los instrumentos que las leyes, ponen a su disposición desde todos los ámbitos (penal, civil, administrativo etc.) para terminar con la situación de violencia domestica que sufre.
La asistencia jurídica, debe funcionar como eslabón intermedio para facilitar a las mujeres el acceso al sistema judicial, tratando así de evitar la victimización secundaria que, especialmente en este campo, puede producirse, sobre todo si la mujer opta por denunciar al agresor.
Partiendo de las premisas del trabajo interdisciplinario, el asesoramiento jurídico que se presta a las usuarias, se apoya en una metodología específica que permite recabar la información necesaria y valorar las decisiones a tomar, acompañando a la mujer a lo largo de los distintos procedimientos judiciales que inicie, facilitando en todo momento información precisa y resolviendo, a través de la coordinación con los distintos agentes que van a intervenir en los mismos, los problemas y dudas que vayan surgiendo. Es importante transmitir confianza y seguridad y contar en todo momento con la participación activa de la mujer, explicándole las consecuencias jurídicas de las decisiones que va a tomar y respetando sus decisiones.
En primera instancia se informa a la usuaria lo que implica y significa legalmente la interposición de una denuncia, como inicio de un procedimiento cuyo objetivo es la sanción de la conducta del agresor.
Conviene recordar que en muchas ocasiones las mujeres deciden retirar la denuncia; las causas de esta decisión son variadas, siendo las más frecuentes: entrar en la fase de reconciliación del ciclo de la violencia, darle una nueva oportunidad al agresor con la fantasía de que la agresión no se repetirá; utilizar la denuncia como instrumento para amedrentar al hombre, pero sin considerar la opción de romper el vínculo; dependencia económica que la obliga a perdonarlo; vínculo de lealtad hacia el marido y hacia la relación; mandatos de género que le indican perdonar y someterse, entre otros.

| El asesoramiento y apoyo jurídico se mantiene durante todo el proceso de intervención con la victima |

C. ASISTENCIA SOCIAL El personal de esta área, a través de las historias de vida, apoyan a las usuarias para restablecer las redes de apoyo que se han perdido a consecuencia del aislamiento que provoca la violencia; acercan y contactan a la usuaria con los recursos institucionales, con células y grupos de contención, que puedan satisfacer sus necesidades inminentes.
El primer contacto con el centro de atención de víctimas de violencia de género (CVG), se realiza a través de la trabajadora social, como profesional de referencia a lo largo de todo el proceso de recuperación y “puerta de entrada” a la atención integral. Esta atención está enmarcada en el desarrollo del trabajo social clínico, cuyo objetivo es ayudar a la mujer a afrontar su conflicto, superar su malestar psico-social y lograr unas relaciones interpersonales más satisfactorias.
Ello se articula a través de un trabajo de análisis y profundización de su situación, sus sentimientos, emociones, vivencias, dificultades, necesidades y la manera en que todo ello se manifiesta en diferentes contextos significativos, que se realiza por medio de la relación profesional con la trabajadora social.
Durante el proceso de intervención social se tendrán en cuenta lo siguiente:
Las capacidades y potencialidades de cada mujer, promoviendo que se valore y se contemple a sí misma como una agente activa en un proceso de cambio, disminuyendo de este modo los sentimientos de incapacidad y dependencia ante los profesionales y/o las instituciones.
Los recursos técnicos del centro de atención: equipo interdisciplinario (abogados, psicólogos, trabajadoras sociales, entre otros).
Los recursos generales de tipo técnico, humano y económico del Estado y privados: familias de acogida, centros de capacitación laboral, inserción laboral, células de trabajo, centros de salud, guarderías infantiles, entre otros.
El área de asistencia social, es la encargada de realizar el seguimiento de la evolución de cada caso, dentro y fuera del centro de atención CVG, auxiliando a las usuarias a conseguir una opción ocupacional que les permita ser independientes económicamente, obtener beneficios previsionales y de salud, así como de políticas públicas que mejoren su calidad de vida (créditos para vivienda, micro créditos para emprendimientos, fondos concursables, etc.)



D. ATENCION DE SALUD
Los profesionales de la salud deben actuar con un enfoque de empatía, sensibilidad y respeto hacia la víctima, no enjuiciarla y ofrecer apoyo en las decisiones de la mujer. Deben conocer las políticas y protocolos existentes, adiestrados en su manejo y deben contar con un formato de registro de casos. El servicio de atención médica que se proporciona a las usuarias es de responsabilidad del sector de salud y lo constituyen las acciones que brindan el tratamiento y asesoría necesarios a las mujeres que enfrentan situaciones de violencia.
Los componentes del proceso de atención en el sector salud son:
Identificación de la situación de violencia
Consejería especializada
Evaluación del riesgo y plan de seguridad e información legal
Atención médica esencial y especializada
Referencia, contrarreferencia y seguimiento
El personal del área de salud debe atender con calidad y calidez a las usuarias que presenten lesiones en sus distintos niveles de gravedad a causa de la violencia de género. El propósito de este servicio es el de restablecer la salud integral de la usuaria, detener las secuelas y los procesos degenerativos de los daños sufridos por las experiencias de violencia. El personal del área de la salud deberá llevar un registro de carácter confidencial de los casos atendidos mensualmente segregados por edad, la información mínima requerida deberá contener el tipo de violencia (física, sexual, psicológica, económica) la edad de la víctima, el género, datos del agresor (nombre, edad, domicilio), relación con la víctima.
En el servicio de urgencias se sigue el procedimiento de entrevista de salud, atención de las lesiones, tratamiento preventivo de embarazo y enfermedades de transmisión sexual.



E. ASISTENCIA TELEFONICA
Las principales funciones de la atención telefónica para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar son:
Proporcionar información relacionada con el uso de servicios de atención a la mujer; en el área jurídica, social, psicológica y médica.
Hacer la referencia y crear un enlace entre la usuaria y el servicio especializado de atención.
Apoyar psicológicamente en casos de emergencia con programas de “intervención en crisis”.
La línea telefónica permite el monitoreo permanente de las necesidades de la población femenina víctimas de violencia intrafamiliar; proporciona atención a través de profesionales que escuchan, orientan y canalizan a las usuarias, de forma asertiva, para el apoyo psicológico y/o jurídico o cualquier otro servicio solicitado de forma personalizada.
Es un servicio gratuito y confidencial, de acompañamiento para hablar de su problemática y de sus inquietudes con personal especializado en materia psicológica y asuntos jurídicos.
Es una alternativa inmediata y accesible a gran número de usuarias, por las condiciones de cobertura y por tratarse de un servicio a distancia; además de constituir para algunas mujeres la única forma de obtener ayuda, en especial a la población más vulnerable; mujeres enfermas, discapacitadas, virtualmente “secuestradas” por sus esposos, para quienes viven en comunidades alejadas etc.
El equipo de asistencia telefónica, está conformado por psicólogas, abogadas y trabajadoras sociales, capacitadas para proporcionar alternativas a los diversos cuestionamientos planteados por las usuarias del servicio, “atención en crisis”, perspectiva de género y violencia.
Con respecto a la intervención en crisis, presenta tres objetivos principales:
a) proporcionar apoyo
b) salvaguardar la vida de la mujer o de otras personas
c) vincularla con otros servicios de emergencia de ayuda inmediata
Para cumplir con estos objetivos es indispensable el enfoque multidisciplinario, que permita hacer una referencia expedita y dar seguimiento a cada caso en forma personalizada.



ATENCION POLICIAL
Las mujeres víctimas de violencia doméstica solicitan, normalmente, ayuda policial en el momento inmediatamente posterior a una agresión o episodio de violencia. Es fundamental que los funcionarios(as) policiales conozcan la importancia de un adecuado acogimiento inicial en el primer contacto que se tiene con las víctimas de violencia doméstica, facilitando una perspectiva inicial favorable a la salida del maltrato y, por lo mismo, introduciendo factores positivos que coadyuven a evitar una cronificación de su situación de maltrato, así como un agravamiento de su aislamiento social. Esta primera solicitud de ayuda puede suponer para estas mujeres un primer paso que posibilite la ruptura de la dinámica familiar violenta o, por el contrario, puede desanimarlas para nuevos y futuros intentos.
La atención policial de víctimas en situaciones de emergencia debe tener en cuenta su situación emocional, en la que predomina un sentimiento de desamparo, fruto del miedo y del aislamiento, cuya consecuencia psicosocial más importante es la pérdida de la autoestima y la parálisis de sus recursos personales, ya que terminan interiorizando los mensajes brutales de sus agresores que giran en torno a su devaluación como personas. La complejidad de la dependencia emocional que presentan las víctimas de violencia doméstica obliga a una especial sensibilidad de los profesionales involucrados en su atención.
Para las personas ajenas a esta realidad de violencia, les es difícil entender por qué la mujer agredida no rompe el vínculo con el agresor y, por el contrario, permanece en una convivencia frustrante y destructora de su propia persona. La necesidad de no dejar a la víctima en situación de indefensión e inseguridad hace que sea prioritario proporcionarle la información y el asesoramiento adecuado, proponiendo alternativas y adoptando las medidas urgentes y necesarias que posibiliten la resolución de sus problemas inmediatos.
La atención policial de emergencia consiste en:
Ofrecer seguridad y protección inmediata física y psíquica a la víctima y a los menores, si los hubiere, separándolos del agresor.
Ofrecer a la víctima información y asesoramiento adecuado, así como, la movilización de los recursos disponibles para la resolución de los problemas más inmediatos.
Acompañar a la víctima en todos los trámites necesarios (traslado al centro de atención, a otras dependencias policiales, al domicilio familiar para recoger sus enseres u objetos personales, traslado a otro domicilio)
Realizar la inspección ocular del lugar donde se produjo la agresión, detallando los vestigios que pudieran evidenciar el desarrollo de los hechos e incautando, si fuera necesario, los instrumentos utilizados para perpetrar la agresión.
Localizar testigos directos o indirectos, que puedan ofrecer testimonio sobre hechos o circunstancias que confirmen el testimonio de la víctima.
En todos los casos y siempre que la víctima lo desee, se mantendrá con ella una entrevista en un espacio de confidencialidad que le permita preservar su intimidad y privacidad, sin injerencias e interrupciones.
Durante el desarrollo de la entrevista es fundamental establecer un buen contacto con la víctima, de modo que se sienta protegida, escuchada, comprendida y se genere un clima de confianza que le permita sobreponerse a su desamparo y confusión, es necesario informarle de sus derechos y evaluar conjuntamente con ella el peligro existente, proponiendo soluciones de urgencia útiles y ayudándola a la toma de decisiones inmediatas.
Igualmente, debe ser informada sobre las posibilidades reales de intervención policial, las acciones que puede emprender y sus consecuencias judiciales. En este caso, es muy importante el estímulo a la denuncia como acción que se emprende para romper una relación abusiva, informándola que no es preciso que ésta sea formulada inmediatamente, pudiendo recibir asesoramiento jurídico previo a cargo de los abogados del centro de atención.
En el caso de que la víctima no desee abandonar el espacio familiar, se le ayudará en la adopción de las medidas que resulten necesarias para garantizar su integridad física, psíquica y social, así como en la búsqueda de soluciones adecuadas para resolver su situación.
En este supuesto, se establecerá conjuntamente con ella un Plan de seguridad, que deberá contener una serie de medidas que permitan su salida del domicilio y/o el aviso a la Policía ante una posible situación de riesgo.
En todos los casos, se informará a la víctima de los servicios que se ofrecen en el centro de atención, donde podrá contar con atención profesional especializada de carácter social, psicológico y jurídico.
Si como consecuencia de la intervención policial, la víctima decide acudir al centro de atención, se mantendrá una coordinación permanente entre los profesionales integrantes del mismo que permita el seguimiento del caso y la adopción de las medidas adecuadas de protección a la víctima.